jueves, 25 de abril de 2013

Las alegrías mejor con un buen pan.

Mi vida está llena de buenos momentos. Buenísimos. Y sí, ¿qué quieren que les diga? Yo disfruto de mis días...vamos, que soy básicamente feliz. Si volviera a vivir la repetiría encantada.



Hoy por ejemplo:
Empaqueté un regalo para una persona muy querida de mi familia que cumple años dentro de poco. Disfruto del momento, de pensar si le gustará, de qué papel le viene mejor, de si con lacito o sin lacito...
El cielo también me regaló unas nubes asombrosas, enormes, blancas, algodones en el aire... daban ganas de comérselas.
Un primito ha venido a comer a casa y pasará la tarde con mis niños. Todo en casa serán risas.

Me encanta mi bolso nuevo, hecho con un vaquero viejo. Lo llevo y me siento tan orgullosa: es precioso, es mío, y ¡¡lo hice yo!!! Sin gastar más que el hilo para coserlo.
El mojo de tomate que hice anoche, con el perejil fresco que cogí de mi jardín ,está buenísimo.
El atardecer de hoy, maravilloso. El sol se reflejaba en el atlántico, como si fuera un espejo.
Tantas cosas pequeñitas que me hacen feliz, que al final se van uniendo y consigan que mi vida valga la pena. 
El domingo por la mañana hice un pan maravilloso, de esos grandotes que dan ganas de llevárselo al monte, o a una romería y lucirlo al frente de una carreta (para luego comérselo, por supuesto)

Hacer pan es otra cosa que me gusta, y me hace feliz. Lo mejor de todo es que por la tarde vinieron unos amigos a casa (otra vez sonrisas), y pudimos compartirlo con ellos.
El pan lo preparamos de una forma distinta. La idea la vi en una página inglesa de internet (lo siento, ya no sé cual, fue encontrada por casualidad) y quise hacer algo parecido. Realmente si lo volviera a hacer, dejaría el pan más fino, o haría 2 más pequeños, porque salió con mucha miga.

Pan de trigo y centeno, con queso de cabra y majado de ajo y perejil 

Ingredientes:

Para el pan
600 g harina panadera panificable o harina de fuerza de trigo.
150 g harina integral de centeno.
680 g agua tibia. 
25 g levadura fresca prensada  ó el equivalente en levadura seca  (no nos vale levadura química, tipo Royal)
20 g sal.
1 cucharada de aceite de oliva.
 (a este pan le puse un poco de perejil en la masa, esto es completamente opcional)
Para el "relleno"
4 dientes de ajo.
Perejil al gusto.
25 cl aceite de oliva.
250 g queso de cabra canario.

Según la poca experiencia que tengo haciendo pan, lo mejor es que donde lo hagas, sea un lugar cálido. A la levadura le encanta el calorcito. El día que yo lo hice hacía muuucho calor, así que la masa levó rápidamente.
Colocamos en un recipiente las harinas, el aceite, la levadura y el agua (menos un vaso). Mezclamos todo bien, primero con una cuchara de madera, y ya luego con las manos. Añadiremos la sal después de haber amasado durante 3 ó 4 minutos. Según veamos cómo va la masa, añadiremos algo más de agua. Tiene que quedar una masa que no se pegue a la manos, pero elástica.
Lo ideal es amasar durante 4 ó 5 minutos más.
Después dejamos la masa hecha una bola, dentro de un recipiente ligeramente engrasado y tapado con un trapo limpio de algodón, en un lugar donde no haya corrientes. Esperaremos unos 45 minutos, para que la levadura haga su trabajo. La masa aumentará notablemente su tamaño (aproximadamente el doble). Pasado este tiempo, volcaremos con cuidado la masa en la encimera limpia y enharinada. La aplastaremos con cuidado con el rodillo, sólo para desgasificarla y le daremos la forma que queramos. Si quieres hacer varios panes, habrá que cortar y luego darle forma a cada trozo. Yo opté por un pan gigantón.
La colocamos en la placa del horno, protegida por un papel de horno o una lámina de silicona, y encima colocamos otra vez el trapo de algodón. Esperaremos nuevamente otro levado de 40 minutos (los tiempos son orientativos, depende del calorcito que haga en casa). Ya tendremos el horno precalentado cuando vayamos a meter el pan en el horno. Tendrá que estar a unos 210 grados. Antes de ponerlo en el horno, le haremos unos cortes con un cuchillo bien afilado.
Colocaremos la bandeja en la mitad del horno, con calor arriba y abajo. Si antes de meterlo, pulverizas un poco de agua en el horno caliente, el pan quedará más crujiente. En 35 ó 40 minutos ya estará el pan listo. Hay que dejarlo enfriar sobre una rejilla para que no se humedezca la parte de abajo y no pierda el crujiente.

Nada como el pan hecho por uno mismo. Nada como el olor del pan horneándose...uuuuuummmm.
Ahora viene lo que hace especial este pan: el toque para dar alegría a cualquier reunión de amigos o familia.

Una vez que el pan está COMPLETAMENTE frío, le haremos unos cortes  que no lleguen hasta el fondo del pan. En ellos colocaremos el queso, y luego con una cucharita, el majado de ajo, perejil junto con el aceite.
Lo volvemos a meter en el horno, esta vez a unos 130 grados, para que el pan se caliente y el queso vaya fundiéndose. Al final, le daremos al gratinador para que quede más rico. Habrá que vigilar el pan para que no se nos queme. No pongo tiempos de horneado porque dependerá del queso escogido. Es necesario un queso que tenga bastante grasa para que el resultado sea el que queremos.

En esta ocasión, como no tenía suficiente queso de cabra, la mitad del pan la "rellené" con queso amarillo gouda y trocitos de salami, pero no gustó tanto. Además, el gouda no funde bien, así que no fue una buena elección.



Espero que les haya gustado y disfruten de esos momentos que a diario nos da la vida.
Otra cosa que me hace feliz es que me dejes tu comentario al final de esta entrada :)




jueves, 11 de abril de 2013

El compost en Casa Azul

  Cuando era pequeña, mi madre solía comprar claveles para darle color y vida a nuestro salón. Recuerdo que ya cuando se marchitaban un poco y los quitaba, los ponía en un rincón del patio interior que teníamos. Allí jugaba yo con ellos y con las roscas (orugas) que venían a comérselos y a hacer sus crisálidas en ellos. Me encantaba jugar con estos bichejos. Luego ya crecí y empezó a darme un poco todo asco...la tontería de hacerse mayor, me volví antibichitos. No volví a coger una rosca con mis manos hasta hace poco, y son mis niños los que me han impulsado a hacerlo. Ellos y que las plantitas de nuestro pequeño jardín sobrevivan.
  Ahora ya veo a los bichitos de otra manera, incluso a estas roscas, que aunque se comen las plantas del jardín, también sirven de alimento a los pájaros que se acercan a Casa Azul y nos deleitan con sus cantos. 
  Para hacer compost (wikipedia) en casa pueden encontrar muchas formas en la red. Yo el que hago no tiene ningún gasto, me sale rentable. No tenemos compostera, no uso más que una palita de jardín para removerlo de vez en cuando, y un trozo de tela, que bien podría ser un saco viejo, una camiseta que vayas a tirar... En mi casa es un trozo de pernera de un pantalón de algodón de mi marido, abierta por un lado. 
  El compost no es más que el material orgánico descompuesto. Se consigue con humedad, con aire, y con bichitos. En el nuestro hay 3 tipos que son mayoría: una especie de cucaracha rara, sin alas, muy plana y casi negra, que vive bajo tierra y no sale nunca a la superficie, vaquitas y lombrices.
Y se hace con casi toda la "basura" orgánica y cruda que tenemos en casa: cáscaras de frutas (excepto cítricos), borras de café, restos de verduras y hortalizas, el pelo que le corto a los niños, cáscaras de huevos, etc.
Todo esto en trozos pequeños. Yo tengo un pequeño envase en la ventana de mi casa y voy acumulando lo del día. Luego me acerco a mi rincón compostero del jardín y allí los dejo, sobre la tierra, se amontonan en un lugar a la sombra, y lo dejo tapado con el trozo de tela. Hay que mantenerlo húmedo (con cuidado de no pasarse para no pudrirlo), y darle vuelta con una palita o un palo, cada 3 ó 4 días. Es muy fácil de mantener y lo mejor de todo: nos da un compost estupendo en muy poco tiempo. Este compost nos enriquece la tierra del jardín, da alimento a mis plantas, permite que no tenga que gastar dinero en fertilizantes, y encima mi isla, mi planeta, me lo agradece porque reduzco los residuos que irán a parar al vertedero, a ser enterrados.
Todo son ventajas. No huele mal, más bien a monte húmedo. Llevamos años produciendo compost en casa, nos sale poquito pero suficiente para nuestros 2 mangos y el resto de plantas del jardincito.





Aquí lo tienen después de tan solo una semana, ya parece casi casi compost maduro. Yo voy acumulando bastante, durante mucho tiempo (varios meses). Nunca se hace demasido, con el tiempo va bajando el volumen por lo que no tendrás nunca una montaña en el jardín de tu casa. Cuando paramos para dejarlo madurar bien( unos 3 meses), busco otro rinconcito para ir acumulando el nuevo. Así de simple.

jueves, 4 de abril de 2013

Cumpleaños monstruoso. Resumen.

Los preparativos:
Para decorar las magdalenas:







Para jugar a ponerle la cola:











Bolsas para poner las golosinas de la piñata:














Piñata:

Piñata, cajas monstruosas para papas y cotufas y la tarta:











Brochetas de pastillas de goma:











Los regalos envueltos:
Para llevar al cole:



Y... La fiestaaaaaaaaaaaa: