jueves, 11 de abril de 2013

El compost en Casa Azul

  Cuando era pequeña, mi madre solía comprar claveles para darle color y vida a nuestro salón. Recuerdo que ya cuando se marchitaban un poco y los quitaba, los ponía en un rincón del patio interior que teníamos. Allí jugaba yo con ellos y con las roscas (orugas) que venían a comérselos y a hacer sus crisálidas en ellos. Me encantaba jugar con estos bichejos. Luego ya crecí y empezó a darme un poco todo asco...la tontería de hacerse mayor, me volví antibichitos. No volví a coger una rosca con mis manos hasta hace poco, y son mis niños los que me han impulsado a hacerlo. Ellos y que las plantitas de nuestro pequeño jardín sobrevivan.
  Ahora ya veo a los bichitos de otra manera, incluso a estas roscas, que aunque se comen las plantas del jardín, también sirven de alimento a los pájaros que se acercan a Casa Azul y nos deleitan con sus cantos. 
  Para hacer compost (wikipedia) en casa pueden encontrar muchas formas en la red. Yo el que hago no tiene ningún gasto, me sale rentable. No tenemos compostera, no uso más que una palita de jardín para removerlo de vez en cuando, y un trozo de tela, que bien podría ser un saco viejo, una camiseta que vayas a tirar... En mi casa es un trozo de pernera de un pantalón de algodón de mi marido, abierta por un lado. 
  El compost no es más que el material orgánico descompuesto. Se consigue con humedad, con aire, y con bichitos. En el nuestro hay 3 tipos que son mayoría: una especie de cucaracha rara, sin alas, muy plana y casi negra, que vive bajo tierra y no sale nunca a la superficie, vaquitas y lombrices.
Y se hace con casi toda la "basura" orgánica y cruda que tenemos en casa: cáscaras de frutas (excepto cítricos), borras de café, restos de verduras y hortalizas, el pelo que le corto a los niños, cáscaras de huevos, etc.
Todo esto en trozos pequeños. Yo tengo un pequeño envase en la ventana de mi casa y voy acumulando lo del día. Luego me acerco a mi rincón compostero del jardín y allí los dejo, sobre la tierra, se amontonan en un lugar a la sombra, y lo dejo tapado con el trozo de tela. Hay que mantenerlo húmedo (con cuidado de no pasarse para no pudrirlo), y darle vuelta con una palita o un palo, cada 3 ó 4 días. Es muy fácil de mantener y lo mejor de todo: nos da un compost estupendo en muy poco tiempo. Este compost nos enriquece la tierra del jardín, da alimento a mis plantas, permite que no tenga que gastar dinero en fertilizantes, y encima mi isla, mi planeta, me lo agradece porque reduzco los residuos que irán a parar al vertedero, a ser enterrados.
Todo son ventajas. No huele mal, más bien a monte húmedo. Llevamos años produciendo compost en casa, nos sale poquito pero suficiente para nuestros 2 mangos y el resto de plantas del jardincito.





Aquí lo tienen después de tan solo una semana, ya parece casi casi compost maduro. Yo voy acumulando bastante, durante mucho tiempo (varios meses). Nunca se hace demasido, con el tiempo va bajando el volumen por lo que no tendrás nunca una montaña en el jardín de tu casa. Cuando paramos para dejarlo madurar bien( unos 3 meses), busco otro rinconcito para ir acumulando el nuevo. Así de simple.

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