miércoles, 5 de junio de 2013

Pan de jamón con ingrediente sorpresa

    Tengo un precioso recuerdo de una mañana de domingo con mi padre. Yo debía tener unos 9 años. 

   Íbamos toda la familia a pasar el día al monte, pero antes pasamos por la pastelería de mi tío Manolo. Estaba haciendo unos panes enormes, uno de ellos con chorizo ("de perro" le llamamos por aquí, es parecido en textura a la sobrasada, pero NO es sobrasada). Recuerdo a mi padre hablando con su hermano, les escuchaba de fondo, pero yo no quitaba la vista de aquel trabajo fantástico que hacía mi tío con su manos en aquella masa. Después sacaba el chorizo del plástico, y lo metía dentro de la masa del pan aún cruda y lo cerraba. No recuerdo más. Seguramente me comí una de sus "suelas", que eran fantásticas, o una "palmera" (en aquella época sólo me gustaban los dulces secos). El pan tendría que levar y luego hornearse. No recuerdo la espera pero sí el olor...fantástico, y aquella visión, cuando sacó aquel pan que ya era enorme estando crudo, y había crecido muchísimo dentro del horno, como por arte de magia. Queríamos probarlo a toda costa, pero los mayores se aguantaron y a mí no me dejaron... tenía que llegar entero al monte. Y llegó, y allí lo partimos. No duró nada, cuando quise otro trozo ya se había terminado. Estaba increible.

   He intentado copiar el pan con chorizo de perro de mi tío, pero no he tenido éxito, siempre se me abre estando en el horno, se sale toda la grasa  y el invento se fastidia. Pero seguiré intentándolo, y cuando consiga la receta perfecta, les prometo que la compartiré con todos. 

   Hoy traigo una receta que me gusta mucho, es muy sencilla. Tiene ingredientes que se suelen tener en casa y no es necesario ser un manitas en la cocina para que salga genial. Lo que hace falta es tiempo, porque el pan lo necesita, y calorcito de la cocina, estando tapadito y sin corrientes. Las masas son mimosas y hay
que ser pacientes con ellas para tener buenos resultados. Este pan se parece al pan de jamón típico de Venezuela, pero tiene algunas variaciones en el relleno. Yo tengo pendiente hacer otros rellenos, porque a mis peques no les ha gustado esta combinación (mi marido y yo encantados, así hay más para nosotros, jajaja)

Ingredientes:
Para la masa del pan
500 g de harina (de la normal, sin levaduras, y no es harina de fuerza)
1 cucharada colmada de levadura seca. (no  nos vale la levadura química -tipo Royal)
200 ml de leche tibia (un vaso de los normalitos)
2 Huevos medianos (a temperatura ambiente)
50 g de azúcar
1 cucharadita de sal
50 g de mantequilla (a temperatura ambiente)
Para el relleno:
200 g de paleta de jamón cocido en lonchas más bien gruesitas.
Y mi ingrediente sorpresa...3 cucharadas de Cebolla caramelizada. Yo usé esta,
que me regalaron, pero  puedes hacerla fácilmente tú mismo, prueba la receta que te doy en este enlace

Comenzamos:


   Ponemos la harina en un recipiente bien hermoso, se mezcla con el azúcar y la levadura. Se pone todo con forma de volcán, dejando un buen cráter en el centro, dónde irán los líquidos que echaremos inmediatamente: los huevos algo batidos, la mantequilla a temperatura ambiente, la leche tibia. Y lo mezclamos todo, primero con una cuchara de madera, y ya luego con las manos. Pasados unos 5 minutos mezclando, añadimos la sal (que no se olvide). Seguiremos amasando todo. Al principio es muy pastoso, pero según se va amasando, cada vez la podemos manejar mejor, no desesperar. Se pasa esta mezcla al poyo de la cocina (bien limpio y enharinado) y se sigue amasando.

   Es conveniente tener a mano algo de harina, para ir añadiendo gradualmente si la masa así lo pide. Es fácil, después de 6 ó 7 minutos de amasado, ya la masa tiene que estar como en esta foto, manejable y elástica. Si está muy pegajosa aún, iremos añadiendo algo de harina, pero no pasarse, darle su tiempo, para que así salga una masa fina y rica.


   Una vez que ya lo hemos conseguido, después de 8 a 10 minutos de amasado, la dejaremos hecha una bola, dentro de un recipiente amplio, que engrasaremos un poco y tapada con film de cocina. La dejamos levar en un lugar cálido de la cocina hasta que doble el volumen. Depende de la temperatura que haya puede ser más o menos. Una hora suele ser lo habitual. 


   Pasado este tiempo, la sacaremos con mimo, y la extenderemos con un rodillo, o si no tenemos, podemos usar una botella de cristal limpia. Se extenderá desde el centro hacia el exterior, haciendo un rectángulo. El lado más corto será el largo de nuestro pan, así que tener cuidado de  no hacerlo demasiado grando porque tiene que caber en la bandeja de nuestro horno. Hay que tener en cuenta también que el pan va creciendo con el posterior levado y el hornado.


  Una vez lo hemos extendido, con un grosor aproximado de 1 cm, le ponemos las cucharadas de la cebolla caramelizada por toda la superficie. 



   Luego la cubrimos con el jamón, dejando un poco de espacio por los bordes para poder cerrarla bien.
Yo corté un trozo de masa que dejé fuera del pan, para luego decorarlo.

   Y ahora tenemos que cerrarlo. Se hace con cuidado, enrrollando como si fuera un brazo gitano, con mimo y cuidado, sin dañar la masa. Una vez enrollado, casi llegando al final, humedecemos el borde con un poco de agua (sirve mojarse los dedos) y así la masa se cerrará bien, presionando un poco. Este cierre irá en la parte de abajo del pan. Los bordes laterales también se cierran de la misma manera, humedeciendo los dedos y presionado un poco la masa. Tiene que quedar bien sellado.

   Colocaremos nuestro pan ya en la bandeja del horno, que irá protegido con papel de hornear. Decoramos con la masa  que dejamos pendiente  y taparemos con un paño de algodón, limpio y ligeramente humedecido. De nuevo, lo dejamos levar unos 45 minutos en un lugar cálido de la cocina, sin corrientes. El pan volverá a aumentar su tamaño.


   Cuando haya terminado el último levado, será la hora de meterlo en el horno (que estará precalentado a unos 180 grados). Antes de hornearlo, lo pintaremos con un huevo batido, siempre con mucho cuidado para que la masa no se rompa. Y ya sí, lo metemos en el horno, a 180 grados, durante 45 minutos, en el centro de nuestro horno. Si vemos que se tuesta muy rápido la parte de arriba, colocaremos un trozo de papel de aluminio por encima, a modo de manta, que quitaremos posteriormente para que termine de dorarse correctamente.


Y este es el resultado, un rico pan, con un sabor muy interesante, por la mezcla de dulce y salado. Seguro que no dejará indiferente a nadie.












Espero que les guste, que lo hagan y me cuenten cómo les ha salido.
Un beso gordo

4 comentarios:

  1. hay mi niña bella que tiene las cualidades de su papa y de su tío para la cocina y la pastelería, uhhhhhhh esas suelas de tío Manolo y sus tartas que ricas, jejeejje que bonito tener esos bellos recuerdos familiares de tu niñez......estoy muy orgullosa de ti eres muy grande te quiero. muakkkk

    ResponderEliminar
  2. me has sorprendido muy gratamente. Que bueno tener recuerdos, no ? es un poco revivir el pasado...q gozada. Tqmuuuuucho.

    ResponderEliminar

Tus comentarios enriquecen y son el sentido de este blog. Además, me encantará leerlos y responderte.